Al ver cómo se construyen casas que soportarían una invasión zombi, refugios para sobrevivir junto a los escarabajos a un desastre nuclear o kits para organizar una cacería global de vampiros, no puedo evitar pensar que el mundo se está volviendo cada día más loco. Eso sí, tampoco puedo negar que todo este mundillo apocalíptico y de fantasía tiene su encanto. En el fondo, aunque no lo desees, tienes curiosidad por saber cómo sería una invasión alienígena o si la hipotética guerra mundial zombi se parece a la que nos contó Max Brooks.
Al igual que los zombis, los gatitos de Internet o Belén Esteban, los vampiros están de moda. De ahí que un tipo que está atravesando serias dificultades económicas, haya puesto a la venta un kit cazavampiros con más de un siglo de vida que su bisabuela le dejó en herencia. Al parecer, la señora se marchó a Estados Unidos desde su Budapest natal, cuna por excelencia del vampirismo, para trabajar en la consutrcción del ferrocarril en el año 1892. Y como en Estados Unidos no había vampiros, se dejó el kit en casa. Ahora, casi 120 años después, su bisnieto lo pone a la venta por unos 6000 euros. O sea, un millón de pesetas por una maleta que te garantiza ser el mayor friki del barrio y la supervivencia en caso de invasión de vampiros.
Hace algunos meses ya se vendió un kit parecido, pero este es aún más completo. Contiene: una estaca de madera, para asegurarte que los vampiros no se vuelven a levantar; una Biblia, para rezarle a Dios cuando se acerquen sus colmillos; un crucifijo, para ahuyentarlos; una pistola con balas de plomo; pólvora; ajos del siglo XX, que deben oler de maravilla; y viales de cristal que contienen varios brebajes para prevenir ataques. Tiembla Edward Cullen, ¡voy a por ti!
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